lunes, 2 de noviembre de 2009

De infanta a reina y de monja a viñeta

Al hilo de las paciencias, ¿sabéis que mafalda era hija de Sancho I El Poblador y de Dulce de Barcelona ( de ahí su amor por los panqueques, intuyo) La santa tuvo una vida peculiar: se casó con Enrique I de Castilla, allá en el siglo XIII, e, infeliz, no llegó a consumar su matrimonio. Un año después de las nupcias el enlace fue anulado por uno de los tantos Inocencios que gobernaron el Vaticano.

A Mafalda, su hermano Alfonso El Gordo -es decir, el inocente y enano Guille- le robó tierras y títulos. De infanta portuguesa y reina castellana pasó a monjita y aunque su sobrino le devolvió algunos pastizales el abolengo se esfumó tras la batalla que enfrentó a los hermanos. Ella sola, o con sus hermanas, creo el monasterio de Río Tinto.

Fin de la historia, o la tira, hasta 1973. Entonces fue declarada beata por Pío VI, otro de esos nombres que jamás se repite en la onomástica papal. ¿ Y sabéis que día se celebra su santidad ? Pues el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores.




¿Sabría Quino todas estas coincidencias? Me imagino que sí. A mí, por lo pronto, me han sacado media sonrisa.

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