lunes, 31 de mayo de 2010

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Si dejáramos que nuestra percepción del mundo se guiara por los comentarios de la prensa digital, nos estaríamos abasteciendo para la próxima guerra civil. Y la comida de larga duración no va nada bien para mi dieta de ensaladas.
Me encanta leer comentarios, de mis post, preferiblemente, pero también de otros blogs, del Facebook y, en particular, de los medios. Pero estos últimos describen un ambiente tan crispado y enrarecido que parece que el statu quo (acabo de consultarlo en Fundeu.es y sí, va sin 's') vaya a estallar de un momento a otro.
Pero lo realmente interesante de los comentarios no es lo que dicen, sino por qué lo dicen.  ¿Qué mueve a comentar en una noticia o en otra? ¿Por qué en unos medios hay tantísimos y en otros, con la misma difusión o parecida, tan pocos? ¿Qué es realmente censurable? Es muy divertido ver como los comentaristas, que en muchas ocasiones parecen no haber leído el texto, se empiezan a encabronar por cosas que no tienen nada que ver con lo escrito. ¿Quién escribe comentarios? ¿Realmente el anonimato exagera las opiniones o es que todos somos unos hipócritas en la vida real?
Con tanto leer comentarios, empiezo a establecer una tipología para las noticias:
  1. Comentario-aplauso. Tipo 'mucho ánimo para la familia' o 'enhorabuena por un trabajo bien hecho'.
  2. Comentario estoy-de-acuerdo-pásate-por-la-pagina-www.vivaelspam.com 
  3. Comentario que no viene a cuento. 
  4. ¡Meca! ¡Un comentario en condiciones!
  5. Comentario "todo es mentira porque yo conozco a ... y no es así"
  6. Comentario "los periodistas no tenéis ni puta idea".
  7. Comentario me-da-igual-lo-que-ponga-todo-es-culpa-del-gobierno.
  8. Comentario el-gobierno-todo-lo-hace-bien-y-tu-eres-un-ignorante.
  9. Comentario ignorante-tú-vendido-de-mierda.
  10. Comentario vendido-lo-seras-tu-que-le-haces-la-clac-a-la-oposición
  11. Comentario censurado
De momento se me han ocurrido estos, ¿se os ocurren más?

jueves, 20 de mayo de 2010

Así, a posteriori

Hoy este blog celebra su entrada número cien desde que surgió en una noche de Gijón como un spin-off de Alegría e Ilusión, nuestro hermano mayor, del que aún tenemos tanto que aprender. Y lo hacemos, o lo hago yo, así, en sigular, a pesar de que hemos perdido la Paciencia, nos hemos quedado sin Energía y nunca nos llegó la Felicidad. Que no, chicas, que os quiero, pero vuestro síndrome de la hoja en blanco ya pasa de castaño a oscuro...
Pero yo iba a hablar de otro síndrome. Resulta que después de todo, mi pesimismo e infelicidad de los últimos meses tenía diagnóstico. Se llama síndrome del parado. No sé si me convence mucho, eso sí, porque me parece un fastidio que para todos los altibajos emocionales de una haya un síndrome. Siento como coartada mi libertad individual para deprimirme, o sea. 
Funcionario ya me lo había advertido varias veces: "yo no sé que haría sin trabajar, me daría algo". Y yo: "que no, que es por estar lejor de Asturias, que me siento sola". Pero va a ser que tenía razón. Ahora que me levanto a las siete menos cuarto, ocupo el día en cuadrar titulares, corregir tiempos verbales de teletipos y llenarme la cabeza de bombas A, fotonoticias B, galerías y apoyos (jerga profesional que Paciencia entenderá muy bien y que no tiene ningún interés), pues eso, que no tengo tiempo para estar de bajón.  Aunque, no sé, a veces me siento como si mirase a través de un cristal de una cafetería como cuatro amigas se ríen mientras toman un café.
En fin, hago mío el comentario de Cris R. y añado a la lista de cosas que me hacen felices un abrazo. Os mando uno a todos por nuestro centésimo post y esta canción.


sábado, 8 de mayo de 2010

Absurda sinestesia o como aprendí las vocales.

Cuando era muy pequeña y me enseñaban a leer y escribir, la profesora de parvulitos nos hacía colorear las letras. Y yo siempre lo hacía igual: 
a e i o u

Y de ahí no había quien me sacara. De vez en cuando podía hacer una concesión y pintar la a de color rosa, la o en marrón y la u en morado o negro, pero en mi cabeza la a es la letra roja, la e, la naranja, la i -mi favorita (sí, tengo una vocal favorita)- es amarilla, la o, verde y la u, azul. A las consonantes no merecía la pena ponerles colores, eran unas letras aburridas que no se iban de excursión en busca de letras nuevas como las vocales. A mí me lo enseñaron así.
Hace poco me enteré de que nuestro umbral de visión se ordena más o menos así, rojo, verde y azul (RGB), de menos a más, por eso lo de infra-rojo y ultra-violeta. Es curioso que de niños intuyamos cosas que tienen una complicadísima explicación científica. Y me parece más interesante aún que sea tan fácil recordar este tipo de cosas. Porque, vamos a ver, ¿alguien no es capaz de colocar los plastidecores en el mismo orden en que venían en la caja?

jueves, 6 de mayo de 2010

Esas pequeñas cosas

Como me ha deprimido un poco que no hayamos llegado a un pacto por la Educación (ilusa de mí, pensaba que los políticos españoles iban a tener altura de miras y responsabilidad por una vez en ll historia), he decidido hacer una lista de pequeñas cosas que me ponen de buen humor, continuación de otra inspirada en Alta Fidelidad que le mandé a un amigo.
Sin ningún orden en particular, aquí va:
  1. Estrenar calcetines.
  2. Leer en los carteles de la carretera nombres de ciudades que antes estaban muy lejos, como Sevilla, Lisboa, Córdoba y hasta Ciudad Real.
  3. Pensar que podría seguir esos carteles en cualquier momento y llegar a un lugar nuevo.
  4. El chocolate.
  5. Poner música en casa y saltar y bailar en pijama sin que nadie me vea.
  6. Que alguien me sorprende utilizando una palabra en desuso o sorprendentemente precisa (el otro día un compañero de clase calificó algo como "vil" y yo me emocionó.
  7. Palabras de cinco sílabas como albaricoque, concupiscencia o almendralejo.
  8. El olor de los libros nuevos. 
  9. Que en el mundo exista un lugar llamado Villafeliz de Babia.
  10. Las pequeñas muestras de afecto inesperadas (un mensaje, un chupa chups, un abrazo). 
  11. Dormir cinco minutos más.
  12. Un pato que va cantando alegremente cua cua...
¿Cuáles son las vuestras?