lunes, 28 de septiembre de 2009

Quiero ser una osa


Ya que Entusiasmo se ha ido de vacaciones, Energía sigue derrochando su sobrenombre por el mundo y yo también me voy de vacaciones mañana (por cierto, por si a alguien no se lo había dicho y repetido hasta la saciedad, me voy a Estambul, yuhuuuu), creo que voy a asumir yo la responsabilidad de refrescar este blog, antes de que Entusiasmo nos riña por vaguear.

La idea de meternos en el mundo blogger surgió, como muchos amores de película, en el verano. Más concretamente, en una de las primeras noches de fiesta en la que Entusiasmo, Alegría, Cristina y una servidora, hacían un precalentamiento juerguil de lo que vendría a continuación. Y así, copa va, copa viene (conste que algunas nos plantamos a la tercera), surgió la idea de hacer un contrablog de la bitácora ‘Con alegría e ilusión’. ¿Por qué suelto este rollo?, pues porque haciendo un repaso a todos los post que se han ido plasmando aquí a lo largo de estos dos meses, se aprecian unas buenas vibraciones que, o mucho me equivoco, o son el efecto secundario del verano, con su calor y sus salidas nocturnas (y ahí he de reconocer que Entusiasmo y Energía han hecho un gran trabajo de campo).

Pero, como dirían dos de camisa blanca y chaleco rojo, ‘El final del verano llegó’, y una se pregunta ‘¿ahora qué?’ Sinceramente, espero que a las otras autoras de este blog no les pase como a mí porque, si no, esto se puede convertir en un paño de lágrimas. Sí, lo reconozco, odio el invierno, el frío, la lluvia y que se haga noche rápido. Y sí, lo reconozco, me encanta el verano con su calor y sus playas llenas de turistas. Por eso, cada vez que llega esta época pienso que el animal al que más me gustaría parecerme es al oso (bueno, a la osa, no es cuestión de cambiar de sexo porque llegue el frío). No me negará nadie que la idea de pasarse todo el invierno durmiendo, no es atractiva. Es más, creo que me gustaría ser osa todo el año. Te pasas todo el verano comiendo, tomando el sol, sin preocuparte, claro está, por los michelines ni mucho menos por la depilación, porque para estos plantígrados el pelo debe ser hasta sexy. Luego llega el invierno, y con el estómago bien lleno y las reservas hasta arriba, te echas a dormir, panza arriba (o panza abajo) y ¡ahí me las den todas! ¡Que pase el puñetero invierno que a mí no me importa! Con la llegada de la primavera o del verano (no conozco tanto las costumbres de los osos), te vuelves a despertar con un tipín de no haber comido en meses, que ríete tú de la operación biquini.

Si es que, estos osos sí que se lo saben montar. Pero bueno, como a una no le va a quedar otro remedio que seguir madrugando todos los fríos días de invierno, espero que poder guardar un poco de optimismo para seguir escribiendo por aquí. Y si no, estoy segura que tanto Entusiasmo como Energía, derrocharán la gracia suficiente para contrarrestar mi pesimismo. Es más, igual me inspiro para escribir por qué a veces me gustaría ser avestruz y enterrar la cabeza.

lunes, 21 de septiembre de 2009

No todo son brasileñas

Las brasileñas en tanga son todo un clásico del día de América en Asturias (19 de septiembre) que se celebra en Oviedo durante las fiestas de San Mateo.
Pero este año también pudimos disfrutar de ¡los brasileños!. Aquí tenéis un video con semejantes especímenes del sexo masculino.

Lo que más me gusta de este vídeo son los segundos 18-19. ¿Qué os parece?

sábado, 19 de septiembre de 2009

Las propuestas de Ágata


Creo que de las propuestas que se están viendo hoy en la Pasarela Cibeles, me voy a quedar con este modelito de la colección de Ágata Ruiz de la Prada. ¿Por qué? ¡Hombre, está claro! Es cómodo, funcional, alegre y, si lo llevo al trabajo, me facilita el sentarme delante del ordenador y tapar con mi cola a alguna de mis compañeras (hay que compartir).
Es más, me imagino cómo sería un día entero con este modelito. Me levanto por la mañana, lo saco de mi super-armario, me lo pongo, camino 15 minutos hasta la estación de tren, espero en el andén pasando totalmente inadvertida entre todos los viajeros, ¡me subo al tren y me siento!, bajo del tren, camino 5 minutos hasta el trabajo, subo hasta la redacción (tres plantas) y me siento.
¡Gracias Ágata! Mi fondo de armario no sería lo mismo sin tus ocurrencias.

viernes, 18 de septiembre de 2009

San Mato prestosu

De siempre me ha gustado San Mateo. Y los chiringuitos. Los de San Mateo, se entiende, porque el resto de chiringuitos me genera una suerte de urticaria, sobre todo cuando pienso en cómo se financian y en los más de 600 euros que me roba el Estado mes a mes.

El caso es que a mí, el Niemeyer, ni fu ni fa. Más 'fus' -igual que se espanta a un gato-que 'fa', fonema sonoro donde los haya. Hasta el miércoles.

Porque el miércoles flipé y por primera vez vi algo de sentido en tanta palabra hueca y rimbombante. Porque resulta que ese consorcio bautizado con el nombre de un tío cuyo rostro es similar al de Toni Leblanc trajo a un senegales que canta como los ángeles.



Es, lo he sabido hoy, uno de los cien hombres más influyentes del mundo (o al menos eso publican las listas). El Niemeyer hizo que viniera Youssou N'Dour a Asturias y después a Oviedo y a la plaza de la Catedral.

Y consiguió que centenares de top manteros se sintieran en casa pero a más de mil kilómetros. Puf, a mí me emocionó.

Porque por primera vez vi un San Mateo para todos y porque dejar tu hogar en una patera y malvivir vendiendo cedés o recogiendo tomates debe ser duro. También ser una sombra casi transparente. ''Wiriiiiiii, Wiriiiii'. Cómo presta ver, al menos una vez, un cambio de protagonistas....

Canción para no dormirse al volante

San Mateo está acabando conmigo.

Hoy he dormido poquitísimo aunque, sorprendentemente, ¡no me levanté con resaca!

Cuando Frodo y yo veníamos para Gijón, se me cerraban los ojos, así que me puse este temazo y ¡a despertar! Se titula Señora y es de un grupo llamado L-KAN. ¿No os parece genial?

Me urge un recopilatorio de "canciones para cuando estás medio dormido en el coche". Acepto sugerencias de todo tipo.

Agradecimientos: A David, que incluyó esta canción en uno de sus recopilatorios. Se ha convertido en mi guía espiritual de la música.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Conversaciones que sólo se pueden tener de noche

Una se está convirtiendo en una profesional de San Mateo, tanto que, aunque las fiestas empezaron el viernes, el jueves ya andaba por ahí con Energía.

Fue una de esas noches extrañas e interesantes en las que tu grupo se deshace y rehace veinte veces, pierdes a la mitad de la gente con la que saliste y conoces otra nueva.

Y en una de estas, conocí a un tipo interesante y mantuvimos una de esas conversaciones que sólo se pueden tener a las tres de la madrugada, cuando vas bien atiborrado de cacharros, pero el alcohol todavía no ha sustituido a la sangre en tu sistema circulatorio.

Según ¿Fernando?, la vida es como una sinusoide. Si interpreté bien su teoría, y no me estoy inventando una nueva a partir de la palabra sinusoide, viene a decir que un día estás arriba, otro abajo y el tiempo se nos pasa en esas subidas y bajadas en las que el momento de equilibrio es tan efímero que resulta absurdo pretender quedarse en él.

Yo contraataqué con una espiral. Creo que en el fondo pasamos la vida dando vueltas y más vueltas, siempre alrededor de lo mismo, siempre caminando, siempre hacia fuera, pero en el fondo lo que a todos nos motiva es alejarnos del centro.
-¿Y cuál es el centro?-me preguntó.
-El centro es que en el fondo los seres humanos estamos profunda y desesperadamente solos -aseguré yo, en un arrebato de inspiración.
Y ¿Fernando? me dijo algo como...
-En ese caso, estoy de acuerdo.
Y yo contesté:
-Pues ya que he ganado, vamos a terminar esta conversación aquí, que tengo que ir al baño.
Metáforas de alcohólico, todo un género literario (y si no, que se lo digan a la Generación del 50 y a Ángel González)

jueves, 10 de septiembre de 2009

Del Facebook y sus relaciones

El otro día lei que el Facebook es perjudicial para las relaciones de pareja: aumenta los celos y las tensiones. Al hilo de ese artículo me acordé de este otro texto. Es, simplemente, grandioso. Por eso no ha aguantado la tentación de compartirlo. Espero que os guste tanto (o más) que a mí. Ahí va


Melancolía de mujeres analógicas
por Hernán Casciari

Me encuentro con un viejo compañero de la primaria que no veía desde los años ochenta, y del que tuve noticias a través de una red social. Nos citamos en un bar del centro, nos palmeamos con cariño falso, pedimos unas cervezas. Le digo: “Qué increíble, para lo que acaba sirviendo Facebook”. Se ríe fuerte, como si le estuviera tomando el pelo: “Si Facebook sirviera solamente para encontrarme con vos, gordo boludo —me dice—, yo no tendría banda ancha en casa. A mí Facebook me cambió la vida, pero de verdad”.

—¿Para tanto? —le pregunto.

—Mirá para afuera —me explica—. Imaginate que todas las mujeres que están pasando ahora por la calle tuvieran un cartel en el culo que dijera ‘estoy en una relación complicada’, o ‘soy soltera’, o ‘solamente busco amistad’, o incluso ‘me interesan los hombres y también las mujeres’…

Hago lo que dice mi amigo: miro por la ventana del bar hacia la calle y veo la primavera de Barcelona en su esplendor: holandesas, suecas, nativas, maduras y jovencitas, diferentes colores y tamaños; hay de todo en la viña del Señor.

Mi amigo me aprieta el brazo y me dice:

—Imaginate que aquella que está por cruzar la Diagonal tuviese un cartel que dijera: ‘Hace doce días que estoy deprimida’. Tener esa data de primera mano, Hernán, hacer cálculos mentales y abordarlas a todas.

—Te estás excitando, calmate —le digo a mi amigo.

Pero él sigue con su verborrea:

—¿Cuánto hubiéramos simplificado el enfoque de la seducción, hace diez, hace quince años, de haber tenido esos guiños entre las conocidas del colegio, de la universidad, de las compañeras de trabajo, de las ex novias?

Me lo imagino; mi amigo tiene mucha razón.

—La mujer analógica, la del siglo pasado, esperaba que vos te dieras cuenta de ciertas cosas. ¿Te acordás las preguntas que uno se hacía antes? ¿Tendrá novio Estelita? ¿Qué música le gustará? ¿Será buen momento para abordarla? —rememora mi amigo— Ahora la mujer digital te lo indica en el perfil del Facebook. Cualquier conocida de la oficina, cualquier amiga de una amiga, te avisa si se peleó con el novio, te explica si le gusta Neruda o si le gusta Bucay, te pone fotos de las vacaciones en Ibiza, para que la veas medio en bolas…

Cierra los ojos y sonríe. Continúa:

—¿Cuánto tardábamos, en los ochenta, para ver en bikini a la chica que nos gustaba? ¡Había que esperar al Día de la Primavera, que alguna se emborrachaba en el parque, o a que te invitaran a una pileta en verano! No, Gordo, la vida mejoró mucho…

—Bueno, pero supongo que tampoco será tan fácil.

—Hay desventajas, claro —matiza—. Te podés ensartar, como toda la vida. Te podés despertar con un bicho a la mañana siguiente… Pero en Facebook hay escaramuzas, hay trucos que te proporciona la experiencia.

—¿Por ejemplo?

—Alejate de las mujeres que ponen la fecha de nacimiento sin indicar el año: a ésas ya se les cayeron las tetas. Escapá de las que cuelgan muchas fotos de sus mascotas: son depresivas. Ni se te ocurra encarar a las que te parecen lindas pero tienen todas las fotos en contrapicado: son gordas con complejo de papada. Si dicen estar “en una relación difícil” y tienen más de treinta fotos besando al mismo tipo, en diferentes épocas, borrate: después de coger, lloran.

—Impresionante —le digo con sinceridad.

—Hay que estar atento a las que, en la imagen del perfil, ponen una foto sacada por ellas mismas en el baño. A ésas, les decís cuatro piropos en el Muro y las tenés comiendo alpiste. Atento a las que ponen fotos viajando por el mundo con una amiga, siempre la misma amiga: son fiesteras. Pero ojo —matiza mi amigo—: tiene que ser fotos por el mundo; si viajan por su propio país, son histéricas. A las que ponen una imagen de ellas cuando eran chiquitas, en color sepia, les gusta el sexo duro. Las que dejan vacío el ítem sobre intereses musicales, prefieren pagar el hotel a medias.

Mi antiguo amigo de la primaria me atiborró de consejos, pero sólo me acuerdo de estos pocos para compartir hoy con ustedes. Habló durante más de una hora, sin parar. Y después dijo que debía irse a una cita con una mujer que había conocido en la estación Verdaguer.

—Me tiemblan las manos —me confesó antes de salir del bar—. Esta mujer que conocí en el metro me dice que no tiene Internet. No sé nada de ella, nunca vi fotos, no sé de qué carajo le voy a hablar.

—¿Y para qué vas, entonces?

—Es que últimamente me calientan mucho las mujeres analógicas. Tienen olor a infancia.

La frase tonta de la semana

No iba a subir esta frase, pero me tiene tan cabreada que dejaré aquí constancia de ella.
"Entonces... ¿la única solución es que los
sanos sigamos pagando las medicinas de los enfermos?"
(Anónimo)

Cosas que me molestan (I)

Hoy me he puesto unos vaqueros recién planchados. Hace unos días, cuando los tiré en la cesta de la ropa sucia, eran mis vaqueros favoritos. No es que me sentaran especialmente bien, pero me resultaban muy cómodos.
Pero entonces ha llegado ese momento que todas las mujeres temen.

El de subirse la cremallera de los pantalones
y abrochar.

¡Estaba completamente embutida!
Tienen que ser los pantalones, que han encogido en la secadora, seguro.

Están tiesos, pero cederán un poco en cuanto los lleve unas horas.

No es que yo haya comido mucho últimamente ni nada.

¿Estáis insinuando que estoy gorda?

¡¡¡¡No lo estoy!!!!
.
.
.
Bueno....

De acuerdo, puede que haya cogido unos kilos... pero ¿de una semana para otra he cambiado de talla?

Odio lavar los vaqueros. Es una de las pequeñas experiencias de la vida cotidiana que me resultan francamente irritantes.

Como el trozo de la luna delantera de Frodo al que nunca llega el parabrisas. Esa esquinita del cristal con la forma de aleta de tiburón que parece burlase de mí y hace que todo el coche parezca mucho más sucio.

O la certeza de que la lluvia, que es agua después de todo, no lava, sino que sólo contribuye a ensuciar más el coche.

Y es que al igual que hay miles de pequeñas cosas que me hacen feliz en el día a día, hay otras tantas irritantes, molestas y exasperantes por su misma mezquindad y pequeñez.
¿No creeis?

domingo, 6 de septiembre de 2009

¡Felicidades ‘Jisajito’!



Este pequeñín tan sonriente es el príncipe ‘Hisahito’, tercero en la línea de sucesión al trono imperial de Japón. No sé muy bien como se pronuncia su nombre pero, viendo la foto, la verdad es que apetece mucho llamarlo ‘Jisajito’. De hecho sus padres, el príncipe Akishino y la princesa Kilo, le llaman ‘Yuyu’, ‘Yu-chan’ y ‘Hisahito-kun’ que, al parecer, son apelativos cariñosos. Hoy a cumplido tres años y los príncipes nipones dicen que es un niño sano, que juega y se divierte como todos los niños de su edad (bueno, seguro que algún caprichín más que el resto de los niños se puede permitir). La verdad, es que parece simpático. Esperemos que esa sonrisa no se borre nunca de su cara aunque, a juzgar por el futuro que le espera, mucho me temo que pronto dejará de ser un niño “como todos los demás”. En fin, las ventajas e inconvenientes de nacer en el seno de una familia real…

viernes, 4 de septiembre de 2009

Consejos para un/a buen/a amo/a de casa



Ellos nunca me lo han dicho por educación, pero creo que, a mis recién cumplidos 28 años, mis padres me han dado por perdida.

Si todo hubiera salido según lo que ellos habían planeado, hoy sería abogada o médica; guapa, alta e inteligente; tocaría algún instrumento musical; estaría casada con un hombre que, además de atractivo, sería la envidia de mis amigas por su éxito profesional. Los dos viviríamos en alguna gran ciudad del extranjero y yo, esperando mi primer hijo, también gozarían de un gran reconocimiento profesional y, por supuesto, sería una gran ama de casa.

Mmmm… mis padres no han acertado en nada, pero la verdad es que el cuento no tiene mala pinta.

La única pega que le pongo a esta historia con final feliz es a eso de ser ‘ama de casa’. Con todos mis respetos a los/as que dedican sus días a hacer de su hogar un lugar ideal, no, a mí la casa no me llama y nunca se me caerá encima…

Pero, como una es alérgica al polvo (a partir de esta confesión, si alguien quiere hacer algún chiste, que por lo menos sea original), pues tengo que vivir dentro de unos estándares mínimos de orden y limpieza. Por eso, sigo mi propio manual para amos/as de casa vagos/as.

1- Todo lo que se puede colgar se cuelga. Esto incluye algunas camisetas y los pantalones de algodón si es posible. Si pudiese, colgaría hasta los calcetines.

2- Las ropa que deba ir doblada, se distribuirá en muchos montoncitos pequeños para evitar que alguna prenda se pierda entre la multitud.

3- Todos los que pueda ir en cajones o estanterías cerradas, está mejor, así no se desparrama.

4- Nunca comprar ropa que requiera ser planchada.

5- La ropa interior… pufff. Veamos… es mejor no darle mucho espacio porque se desmadra, especialmente los tangas. En el caso de estos últimos, no merece la pena ni doblarlos, siempre irán a su bola.

6- Si las estanterías no tienen puertas, hay que llenarlas hasta el último centímetro cuadrado. A menor superficie libre, menor espacio que limpiar.

7- No se permiten estanterías que sólo sirven para colocar adornos.

8- Prohibidas las alfombras.

9- Por el contrario, las cortinas son muy importantes para que no se vea la porquería de los cristales desde el interior de la casa.

10- Se puede prescindir de las lámparas.

11- Prohibidos los muebles y los adornos que no tienen ninguna utilidad (el rollo hippie mola pero obliga a limpiar mucho).

12- Las fotos: están mejor colgadas de la pared que en portafotos sobre alguna mesa o estantería.

13- El lavavajillas y el microondas son imprescindibles.

14- ¿Quién ha dicho que la pasta se debe meter en el agua cuando esta está hirviendo?

15- El café recién hecho está muy bueno… pero aceptamos el de la noche anterior si de lo que se trata es de evitar un desastre por la mañana cuando intentas hacer el desayuno medio dormido/a.

16- La comida preparada y congelada es esencial.

17- Se puede hacer un bizcocho, cociéndolo durante 7 minutos en el microondas. Yo tengo la receta.

18- Y, muy, muy, muy importante… se puede llevar una alimentación equilibrada a base de bocadillos y ensaladas.

Si alguien tiene más consejos útiles, agradecería que me los dijeseis.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

No sé si es por el tanga, los músculos o la sonrisa

Fue tomada en la inauguración de la piscina de Las Vegas (Corvera)

.... pero hay algo en esta foto que me da mucho asco!!!

Vuelven las lentillas

Hoy mis compañeras no me reconocen. Debe de ser porque se me ve la cara por primera vez desde hace... uf, ni me acuerdo de la última vez que me puse lentillas.
No es que sea una transformación en plan Betty-la-fea-edición-Colombia

Sino más bien a la española. Porque por mucho que se esmeraran, la chica era más bien normalilla.Eso sí, ya quisiera yo estar así de delgada!!

En fin, que lo de ponerse lentillas es muy cómodo, pero más cómodo sería tener los miles y miles de euros necesarios para operarse la vista. Aunque muchos miopes no son partidarios, yo firmo ahora por despertarme por la mañana y ver.
Pero ver de verdad, claramente y sin ningún elemento extraño en mi ojo. Ay, los que véis bien no sabéis lo que se sufre. Es como los hombres y la regla. Se lo puedes explicar, pero nunca podrán entenderlo.
La alternativa, según nuestro amigo Ilusión, son las lentillas que te corrigen la vista mientras duermen. Que no cuestan miles y miles de euros, pero casi.

martes, 1 de septiembre de 2009

Con lo fácil que es hacer las cosas bien…



No seré yo la que dé normas de civismo a la gente. De hecho, sospecho que para ser incívico hay que ser un poco malo, lo cual conlleva cierta dosis de inteligencia y, la verdad, nunca he sido la primera de mi clase. Tampoco voy a alardear aquí de bondad, aunque sí de tener el sentido común necesario para vivir en sociedad evitando, en la medida de lo posible, dañar a los que no me han hecho nada.

Alguien me dijo una vez que en esta vida hay dos formas de hacer las cosas, bien o mal. La primera es, a largo plazo, la forma más efectiva de hacerlas pero son muchos los que optan por el camino más corto pensando únicamente en su propio beneficio. La teoría de esta persona me vino hoy a la cabeza tras la impertinencia de muchas personas de cuyos errores quiero llevarme una lección.

Transcurridos varios meses desde que finalizasen las obras de remodelación en la Casa Consistorial de mi pueblo, Tapia, hoy decidí entrar a ver cómo había quedado ese viejo edificio que durante años daba miedo y pena. Abro la puerta principal y justo detrás entra el alcalde que, con el tono ‘amable’ que le caracteriza me dice ¡¿A quién buscas?! Es su particular bienvenida a la gente. “Venía a ver cómo había quedado el Ayuntamiento”, contesto. “Pues venga, date un paseo por ahí”, me responde.

Lección 1: Sonríe a la gente, no todo el mundo es tan cascarrabias como tú.

Subo al primer piso y me alegra comprobar que había una exposición de fotos antiguas que tenía ganas de ver. Tras echar un vistazo vuelvo a bajar las escaleras y me encuentro a un vecino, que, pese a sus 85 años y lo poco que me dejo caer por el pueblo, aún se acuerda de mí: “¡Uy nena! ¿me viste en la foto de la Comunión?”. “Pues si te vi no te conocí”, le digo. Sube las escaleras agarrado a su bastón y empieza a buscar… y yo detrás de él. Cuando llega al sitio donde supuestamente tenía que estar la foto dice: “La sacaron, vou encherlos” (mis disculpas a la patada que probablemente he dado a la fala). Se dirige a la primera oficina que está abierta y tras preguntar qué había pasado con su foto le responden que LA HAN ROBADO. ¿Pensarían que la instantánea la hizo Robert Capa o qué?

Lección 2: ¡Pide las cosas hombre! Igual no es necesario cometer un delito para obtenerlas.

Por la tarde, después de pasarme una hora panza arriba en la playa, mi vejiga no aguantaba más. Suerte que la playa tiene baños en los que alguien se ha anticipado a las raras costumbres de los usuarios. Justo a la entrada hay un cartel que dice ‘POR FAVOR, RESPETEN LOS ASEOS, CADA NECESIDAD EN SU SITIO’. A juzgar por el suelo del local, creo que muchos no saben leer.

Lección 3: ¿Son necesarios determinados carteles? Sentido común, please…