domingo, 17 de enero de 2010

Espectros

Hago un descanso de mi retiro analógico y libre de alcohol ( a eso lo llamo estar a dieta, con lo que engordan las copas...) para compartir mi último gran objeto de análisis. Estoy estudiando para mi examen de Tecnología de los Medios Audiovisuales, así que tengo la cabeza llena de frecuencias y temperaturas del color, así que no os extrañe que me esté volviendo de un solipsista que mete miedo.


Ya quisiera James Cameron una cámara como esta
Aproximadamente el 75% de nuestras percepciones (esto lo estudie en 1º de Periodismo y no se me ha olvidado) proceden de la vista. Es el principal de nuestros sentidos. Pero lo que nosotros vemos: colores, tamaños, formas, no son más que ondas electromagnéticas que pululan por el espacio, como las ondas de radio o las ultravioleta.Nuestros ojos captan un espectro pequeñísimo de todas las ondas existentes.  Todo depende de como las capta nuestro ojo y las interpreta nuestro cerebro. Funcionario comparte conmigo que es la cosa más alucinante de la existencia humana.
¿Qué pasaría si pudiéramos ver alguna más que los demás? El mundo podría ser algo completamente incomprensible porque toda nuestra realidad es visual y se basa en que todos compartimos un mismo funcionamiento de nuestro ojo. ¿Y si no es así? ¿Cómo puedo yo saber que lo que Funcionario ve es lo mismo que yo? ´¿Cómo estoy segura de los colores, las formas, la belleza?
Ni siquiera puedo estar segura de las formas y los colores de las cosas. Y mediante los otros sentidos no puedo aclarar gran cosa. Con los ojos cerrados, puedo tocar la mesa del salón, pero me costará mucho hacerme una idea de su tamaño y apariencia.
Las aves y los reptiles ven el mundo de una forma muy diferente a la nuestra porque sus ojos pueden percibir menos longitudes de onda que nosotros. Un extraterrestre podría llegar y encontrar que todo nuestro sistema icónico no es más que un galimatías incomprensible.
Si ya es difícil pensar en estar en la piel de la persona bajo la suposición de que el otro ve igual que nosotros, ¿y si no es así? Todo esto me sumerge en muchísimas dudas sobre mi realidad y de lo único de lo que puedo estar segura es de mi propia existencia.
En realidad, todo al mi alrededor son espectros, ideas de cosas que podrían o no estar ahí, o ser o no como estoy viendolas. Otra vez vuelvo a Descartes y al Discurso del Método (no nos podemos fiar de nuestros propios sentidos). Diecisiete años son pocos para leer esas cosas, una es demasiado impresionable.

Es como el orgasmo masculino... podrán describírmelo, pero nunca sabré realmente qué es lo que se siente.

miércoles, 13 de enero de 2010

Chanson française



Entusiasmo, que está como una auténtica cabra, siempre dice que le gusta escuchar música francesa porque se siente algo así como ... culta. A mí esta canción me encanta. Para los que desconozcáis la lengua gabacha os explico que no es un tema de amor sino más bien lo contrario.

"'Elle m'a dit: Quand je fais l'amour avec toi je pense a lui, quand je fais l'amour avec lui je ne pense plus a toi"'.
"Ella me dijo: Cuando hago el amor contigo pienso en él, cuando hago él amor con él ya no pienso en ti" (traducción al cristiano).

Eso es sinceridad y, lo demás, papas fritas. Hala, a ver si esto llama la atención de Entusiasmo y retorna al mundo digital. Vuelveee! Por cierto, ¿sinceridad sí o sinceridad no? ¿Qué opináis?

viernes, 8 de enero de 2010

¿Por qué yo? II


Digamos que este post es una forma de continuar y, al mismo tiempo ilustrar, otro publiqué hace en noviembre bajo el título ‘¿Por qué yo?’ describía a aquellas personas 'un poco diferentes' que formaban parte de mi día a día. Bien, he de decir que, para mi satisfacción, muchos de estos individuos se han ido desvinculando de mi rutina diaria.

El acosador baboso de la piscina, por ejemplo, no ha vuelto a coincidir conmigo desde el cierre de dicho centro por parte del Ayuntamiento de Gijón. Eso sí, he de decir que en las últimas semanas hice grandes progresos, descubrí las ventajas de ser borde y le dije claramente que no quería nada (café / copa / sexo) con él. No obstante, con este desprecio le di la oportunidad de soltarme perlas como "tú te lo pierdes" o "ya vendrás a mí". En fin...

Otro de los personajes que había conseguido borrar de mi vida es el loco del tren, ese que se empeñaba en sentarse a mi lado para decirme a gritos que este país estaba muy mal. Por recomendación de mi compañero Víctor, después de hacer cuatro trayectos Gijón-Oviedo en su desagradable compañía, comencé a sentarme todos los días en el primer vagón del tren (casi al lado del maquinista) para taparme con el periódico hasta que pasaba la estación de La Calzada. Pasado un tiempo, mi ‘amigo’ no volvió a coincidir conmigo y retomé mi costumbre de sentarme en el vagón de cola no sin cierto temor a volver a verlo.

Pues bien, mis temores se confirmaron hoy, después de la llamada telefónica que recibí en el trabajo y que intento reproducir a continuación, aunque hay partes que no recuerdo con claridad.

Yo: ¿Si?

Raro: Hola ¿Marta?

Yo: Sí, soy yo.

Raro: Hola, soy Juan de (Nombre de tienda de fotografía que no recuerdo).

Yo: Ah… (pensando qué decir para no quedar mal) perdona pero no caigo.

Raro: Igual no te das cuanta (muy hábil), soy Juan, tu compañero de tren. (La conversación me suena a “Soy José, tu compañero de piscina”. Entonces es cuando me doy cuenta que es el loco del tren).

Yo: Ah, sí, dime. (Me pregunto por qué soy tan amable con esta clase de tipos).

Raro: Hola, es que resulta que hay un chico de El Comercio que solía pasar por aquí habitualmente proponiendo a la gente salir en unas páginas y hace tiempo que no veo. (Por su explicación supuse que el mencionado chico era o comercial o fotógrafo).

Yo: Igual es… (O me interrumpe, o no me oye, o se la sopla lo que le voy a decir)

Raro: Sí, es que solía venir por aquí muchas veces y me dije, voy a llamar a esta moza para ver si sabe algo. ¿Viste que El Mundo ha sacado un suplemento para aprender a hacer fotografía?

Yo: (Me coge desprevenida pero contesto). Sí.

Raro: Es una mierda. Bueno, pues es que hace mucho tiempo que no viene por aquí. (Adivino que ha vuelto a cambiar de tema).

(Se oyen voces)

Raro: Perdona. (Lo oigo hablar con otra persona) ¡Hombre! Precisamente estaba llamando para preguntar por ti… (Barullo).

Raro: Nada, que precisamente acaba de llegar. A ver si nos vemos alguna vez. Hasta luego

Yo: Hasta luego (cara de póker)

domingo, 3 de enero de 2010

Noche mágica (No recomendado a menores de 8 años)

Ya sé que no soy muy original pero es que estas fechas me están poniendo muy melancólica (queridas compañeras de blog, prometo que para el próximo post no volveré a recurrir a los vídeos familiares). El caso es que dentro de poco será la noche de Reyes, esa que oficialmente ha pasado a ser ‘la más mágica del año’ (algo así como las pesetas, que ya no son las pesetas a secas, ahora son siempre ‘las antiguas pesetas’).

No es por ser aguafiestas, pero me parece un poco exagerado considerar que esta noche está llena de magia. Para mí, la noche de Reyes es la noche de los niños. Para los demás es el momento límite para comprar el regalos que forzosamente tienes que hacer. Además, tienes que ser original cuando los eliges, y agradecido cuando los recibes, y para colmo, gastarte una pasta precisamente en estas fechas en las que todos estamos tirados de dinero, sabiendo que un día después van a empezar las rebajas. ¿No podían pasar los Reyes una semana más tarde?
Claro que supongo que todo será muy distinto cuando tienes un niño en casa. De hecho, si algún día soy una persona responsable y con un sueldo digno, estoy segura que viviré la Noche de Reyes como una madre ñoña que le pondrá los regalos a sus hijos sobre sus zapatos para que los encuentren por la mañana y se pasen todo el día discurriendo como funciona el nuevo juguete que tanto deseaban.

Conste que me ha llevado mucho tiempo llegar a esta conclusión ya que, desde que el malvado de mi hermano me dijo con 8 años (sí, con 8 años) que los Reyes Magos no existían, siempre pensé que a mis hijos nunca los engañaría con este cuento. ¿No es una forma horrible de obligar a los niños a enfrentarse a la cruda realidad?, ¿qué necesidad hay de engañarlos durante tantos años?, ¿es bueno que piensen que si son buenos unos señores que vienen de países lejanos les van a traer todo, insisto TODO, lo que quieran y si son malos les van a traer carbón, (un castigo que además es dulce y que nunca entendí por qué era malo)?...

Pues bien, viendo la cara de algunos, a veces pienso que merece la pena que los niños tengan un día sólo para ellos. No sé hasta qué edad deberían vivir esta ilusión, ni cómo hay que plantearles esta fantasía… pero ver a un niño sonreír de la manera que lo hace el día de Reyes es realmente una pasada. Y si no, sólo tenemos que echar la vista atrás vernos a nosotros mismos con unos (pocos) añitos menos. Yo lo hago con frecuencia.




(Atención a lo que pedíamos mi hermano y yo cuando éramos pequeños... Lo ven los niños de ahora y dirán que éramos unos raros)