domingo, 8 de noviembre de 2009

Abanicos, bachatas, nécoras y sudokus

De pequeñas, mi hermana y yo jugábamos a inventar nombres. Cuando metíamos la cabeza bajo el agua de Lastres y aguantábamos la respiración al nadar, 'submarinábamos'. Mi padre nunca tuvo calva, sino 'calvura' y si Amalina decía 'dateprisaquepierdeselascensor' significaba: Encuentra YA las gafas - ¿por qué desaparecían tooodas las santas mañanas?- o lo más probable es que cuando llegues a la parada, el AUTOBÚS se haya ido.

Rememorar estas cosas me ha empujado a una revelación: mi vocación frustrada. Quiero ser policía. Pero no un policía de esos que patrullan las calles, ponen multas y pegan a los manifestantes. No. Yo quiero despertarme y llegar a la oficina y que alguien me diga que estamos investigando a un tal Correa.

Correa suena a cinturón- ¿Cómo se decía cinturón en alemán? Gurtel! Ya está. Desde entonces y en adelante todo un país repetirá mis palabras (risa maligna), mi pequeña creación, casi casi mi tesoro . Imagínate, Amalia. Todo un mundo submarinando.

Aunque Gurtel no es de las que más me gusta, lo confieso. Cuánto mejor bautizar 'Abanico' a un caso que involucra a un cantante de 'Locomía' o 'Calzone' (con lo rico que está) cuando un tipo acostumbra a comer en un restaurante italiano.

Me encantan: 'Sudoku', 'Chuleta', 'Guateque'. 'Boquerón', 'Jarto', 'Nécora' (uummm), 'Pulpo', 'Camaleón', 'Bachata', 'Kao'. Y, la más, perdonen mi localismo, asturiana y de las cuencas. 'Tigretón-escombrera'.

Abandono los teletipos. Comienzo a opositar.

2 comentarios:

  1. Entusiasmo cubrió un juicio con otro de esos nombres gloriosos y raro raro pero, por más que lo he intentado, no he conseguido recordarlo. Contribuye, porfa!

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  2. Meca, no me acuerdo. Lo pensaré porque en el estado en el que me encuentro no caigo.
    Funcionario y yo tenemos todo un lenguaje incomprensible para todo el resto del mundo, pero, claro, no es como lo que se crea en la infancia.
    ¡Quiero un Diseña la Moda, ya!

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