Después de tres días en coma, Frodo ha resucitado hoy gracias al adolescente lleno de piercings del servicio técnico, que estoy segura de que no ha cumplido los veinte. Una batería, un par de pinzas y ¡voila! el coche vuelve a funcionar.
Claro que no duró mucho... en cuanto intenté sacarlo (estaba aparcado cuesta arriba en la calle que va al Tartiere) se me caló y no volvió a encenderse más.
Vuelta a llamar al servicio técnico, reaparición del adolescentes agujereado, otra vez las pinzas... y un diagnóstico descorazonador: tienes que cambiar la batería.
Al menos no tuve que pasar por la humillación de pedirle que me desaparcara el coche... Pero sólo porque el que tenía delante se fue antes de que el adolescente terminase con su trabajo.
Pero ahora Frodo se suma a la lista de cosas que tengo que reparar/cambiar.
- El coche (Frodo).
- El móvil, que se está transformando lentamente en un huevo frito.
- El portatil, que ya sólo funciona si está enchufado y se apaga cuando quiere.
- Las gafas, ralladas.
- Las lentillas, ahora mismo inexistentes.
- El DNI y el permiso de conducir, que tienen mal la dirección (junto con las cartas del banco y un largo etcétera.
Alegría, optimista ella, dice que tengo un sol en el móvil
En fin, instalada en la provisionalidad, no pago ni las multas (otro asunto pendiente), y todos los días lo dejo todo para mañana. Pero mientras tanto voy tirando, mi móvil llama, mi portatil entra en Internet, las gafas me permiten ver, en la foto del DNI me veo guapa y Frodo me trae a Gijón.
Me trae a Gijón, sí. Pero no sé si me devolverá a Oviedo porque es muy probable que esta tarde, cuando salga de trabajar, no pueda encenderlo de nuevo.
nos pasa a todos :-) muchas cosas pendientes pero sí, estaría bien aunque en tu caso... cada cosa tiene su historia y mola jej
ResponderEliminar¿Qué sería la vida sin riesgos?
ResponderEliminarY lo peor es que no arrancaba y tuve que hacer una llamada...
ResponderEliminar¡papiiiii!