De pequeñas, mi hermana y yo jugábamos a inventar nombres. Cuando metíamos la cabeza bajo el agua de Lastres y aguantábamos la respiración al nadar, 'submarinábamos'. Mi padre nunca tuvo calva, sino 'calvura' y si Amalina decía 'dateprisaquepierdeselascensor' significaba: Encuentra YA las gafas - ¿por qué desaparecían tooodas las santas mañanas?- o lo más probable es que cuando llegues a la parada, el AUTOBÚS se haya ido.
Rememorar estas cosas me ha empujado a una revelación: mi vocación frustrada. Quiero ser policía. Pero no un policía de esos que patrullan las calles, ponen multas y pegan a los manifestantes. No. Yo quiero despertarme y llegar a la oficina y que alguien me diga que estamos investigando a un tal Correa.
Correa suena a cinturón- ¿Cómo se decía cinturón en alemán? Gurtel! Ya está. Desde entonces y en adelante todo un país repetirá mis palabras (risa maligna), mi pequeña creación, casi casi mi tesoro . Imagínate, Amalia. Todo un mundo submarinando.
Aunque Gurtel no es de las que más me gusta, lo confieso. Cuánto mejor bautizar 'Abanico' a un caso que involucra a un cantante de 'Locomía' o 'Calzone' (con lo rico que está) cuando un tipo acostumbra a comer en un restaurante italiano.
Me encantan: 'Sudoku', 'Chuleta', 'Guateque'. 'Boquerón', 'Jarto', 'Nécora' (uummm), 'Pulpo', 'Camaleón', 'Bachata', 'Kao'. Y, la más, perdonen mi localismo, asturiana y de las cuencas. 'Tigretón-escombrera'.
Abandono los teletipos. Comienzo a opositar.
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Entusiasmo cubrió un juicio con otro de esos nombres gloriosos y raro raro pero, por más que lo he intentado, no he conseguido recordarlo. Contribuye, porfa!
ResponderEliminarMeca, no me acuerdo. Lo pensaré porque en el estado en el que me encuentro no caigo.
ResponderEliminarFuncionario y yo tenemos todo un lenguaje incomprensible para todo el resto del mundo, pero, claro, no es como lo que se crea en la infancia.
¡Quiero un Diseña la Moda, ya!